El desarrollo comunitario y la protección social representan una parte intrínseca de los objetivos de un proyecto orientado al cambio climático, ya que separar los bosques y la biodiversidad de las personas es impensable en el contexto de acción climática. Debido a esto, los esfuerzos del proyecto “Bosques, biodiversidad y desarrollo comunitario: fortaleciendo la gestión nacional de Áreas Protegidas en Guatemala y Honduras” fueron reorientados ante la expansión de la pandemia del COVID-19. La protección social de los pueblos indígenas y organizaciones locales (PIOL) en sus áreas de implementación (Guatemala y Honduras), más que todo en el ámbito de protección de la salud en la pandemia y de su actividad económica (turismo comunitario), surgió como nueva prioridad del proyecto.
Así, el proyecto reformuló sus actividades para hacer frente a la emergencia sanitaria, alinando los cambios con los objetivos del proyecto y número de beneficiarios. Asimismo, se buscó contribuir a las condiciones necesarias para la recuperación económica después de la pandemia, con un enfoque de acción climática.
Los beneficiarios del proyecto fueron 9 organizaciones socias de PIOL, 280 mujeres y 267 hombres, así como también 9 centros de salud, que recibieron insumos de bioseguridad. Además, 80 personas (77 mujeres y 3 hombres) se beneficiaron por teléfono a través de las acciones de fortalecimiento de la resiliencia, y distintos emprendimientos turísticos fueron beneficiados a través de una estrategia para la implementación de protocolos de bioseguridad. Para complementar las acciones, mensajes de prevención y cuidado fueron difundidos en las redes sociales de CISP.
Este proyecto y sus actividades fueron apoyados por el programa EUROCLIMA+, Expertise France (EF) y Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) GmbH.