Las zonas de reserva de la subcuenca del Cuyamel-Catacamas, igual como otras áreas protegidas de Honduras, enfrentan constantes presiones por quemas y avance de la frontera agrícola. Estas acciones ilegales han causado conflictos entre los pobladores y las organizaciones locales con los perpetradores de estos delitos, en particular, enfrentamientos por la escasez del agua asociada a la pérdida de bosque. Los pobladores se quejan de la falta de reacción del Gobierno ante los incidentes, que se debe en parte a la falta de capacidad de las instituciones para dar seguimiento a las incidencias y a la falta de denuncias de los hechos por parte de los pobladores. Al mismo tiempo, uno de los mayores retos para el cumplimiento de las NDC en Honduras es el reporte y la documentación del estado de los indicadores relacionados, como por ejemplo la cobertura forestal y la conservación de recursos naturales.
Ante esta problemática, y con el reto adicional de la enfermedad COVID 19, el proyecto trabajó la comunicación y coordinación entre instituciones y actores locales, promovió la actualización de la plataforma de registro por medio del uso de celulares y otros dispositivos (TIC), y fortaleció capacidades específicas para llevar a cabo el monitoreo forestal comunitario en la cuenca del Cuyamel-Omoa, de forma coordinada con las autoridades. El proyecto trabajó la comunicación y coordinación entre instituciones y actores locales, promovió la actualización de la plataforma de registro por medio del uso de celulares y otros dispositivos (TIC), y fortaleció capacidades específicas para llevar a cabo el monitoreo forestal comunitario en la cuenca del Cuyamel-Omoa, de forma coordinada con las autoridades.
Las actividades de monitoreo y protección de los recursos agua, suelo y bosque, contribuyen a beneficiar directamente a 34 comunidades localizadas dentro de la subcuenca Cuyamel que cuentan con un promedio de población por comunidad de 200 personas, con las cuales se socializó y distribuyeron herramientas digitales. Además, se benefició a 8 técnicos a fortalecer sus competencias. Se les ha apoyado a mejorar los resultados de sus responsabilidades como representantes institucionales. De forma indirecta, se benefician a más de 15.000 personas (48% hombres y 52% mujeres) que viven en las diferentes comunidades ubicadas dentro de la subcuenca.
Este proyecto y sus actividades fueron apoyados por el programa EUROCLIMA+, Expertise France (EF) y Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) GmbH.